Por Santiago A. Fraga
Con el miedo a perder latente por parte de ambos equipos, una nueva edición del clásico rosarino terminó este domingo en un aburrido empate cero a cero.
Sin correrse de la propuesta habitual, el equipo de Gabriel Heinze terminó chocando contra sus propias limitaciones tácticas e individuales, y si bien tuvo una oportunidad inmejorable en los pies de Brian Aguirre en el primer tiempo, lo cierto es que el visitante tuvo un mayor número de jugadas de riesgo.
En el primer tramo del partido, se vio un encuentro dentro de lo previsible de ambos equipos. Newell’s intentó con sus limitaciones ser quien propone juego, quedando propenso al error en algún mal pase en zona baja, mientras que Central fue paciente y se acopló para apostar a esas oportunidades de contragolpe o, principalmente, para apostar a la pelota parada, donde Miguel Russo saca su mayor provecho y donde los de Gabriel Heinze tienen un gran debe (poca altura y mala marca).
En este esquema, la ‘Lepra’ sufrió la falta de movimiento de su línea de volantes para poder así generar sorpresa, desaprovechando el espacio que el ‘Canalla’ dejaba en la zona central de la cancha y limitándose a envíos de los laterales para los extremos, a los que luego se les complicaba poder culminar la jugada.
Así también, no supo aprovechar el espacio que quedó durante todo el primer tiempo a las espaldas de Alan Rodríguez, encontrándolo en dos ocasiones de forma fortuita pero fallando en el último centro. Este combo generaba que Cristian Ferreira no pudiera aparecer para la generación de juego y que Jorge Recalde también se muestre inconexo con el resto del equipo.
En defensa, se notó que Juan Sforza no llegó en óptimas condiciones a este partido, quedando expuesto en varias jugadas en donde por no estar al 100% desde lo físico terminó llegando tarde a cortar (siendo amonestado tempranamente y quedando al borde de la expulsión) o sin poder acomodarse para dar un buen pase en la salida.
Con el partido así planteado, Central fue quien tuvo más ocasiones claras de gol, ambas provenientes de pelota parada, donde en una Ignacio Malcorra no pudo definir dentro del área y en otra Alejo Véliz cabeceó a las manos del arquero estando en soledad.
Sin embargo, la más clara de ese primer tiempo fue de Newell’s, con Aguirre errando un gol insólito tras una buena jugada de Ramiro Sordo que terminó con Bruno Pittón mandando el centro al área y el joven delantero acomodando mal el pie en su tiro, errando un gol con el arco vacío y trayendo el mal recuerdo del gol errado por Pablo Pérez en el clásico pasado en Arroyito.
Para el segundo tiempo, Heinze intercambió de banda a Ramiro Sordo y a Aguirre y comenzó a intentar atacar por el lado de Damián Martínez, con Ferreira siendo más incisivo en esa zona de juego. Russo, por su parte, sin modificar su idea conservadora animó a sus jugadores a que intenten aprovechar los espacios que dejaba Newell’s al atacar, quedando con la zaga desbalanceada, logrando encontrar terreno para jugar por las bandas.
Con mayor lugar para el juego las falencias individuales de ambos equipos se acrecentaron aún más, quedando expuestas principalmente en varias jugadas en donde cualquiera de los dos podría haber abierto el marcador gracias a los errores ajenos y terminó sin lograrlo gracias a los propios.
En este tramo del encuentro, donde ambos técnicos parecieron estar conformes con el juego de sus equipos a pesar de que se dispusiera todo para un empate 0 a 0, fue el visitante el que tuvo las más claras, con Lucas Hoyos respondiendo bien ante un intento lejano de Kevin Ortíz y luego frente a un cabezazo de Alejo Véliz.
Pasada la media hora del complemento se verían los primeros movimientos del banco de suplentes. Russo apostó por sumar movilidad y presión a la zona alta y terminó sacando de la cancha a su jugador más peligroso, Jaminton Campaz, y a su referencia de ataque, Véliz, para dar ingreso a futbolistas de diferentes características como Lautaro Giaccone y Luca Martínez Dupuy. Heinze, a esto, respondió minutos más tarde y ya para el tramo final con el ingreso de Pablo Pérez en lugar de Juan Sforza, un cambio con el que no ganó el dinamismo que le faltaba a su equipo pero sí obtuvo una mayor viveza de juego, con el ‘8’ consiguiendo pelotas divididas que, finalmente, tampoco supieron aprovechar.
Quedó la sensación de que algo más se podría haber intentado desde el banco, principalmente debido a que ya desde el inicio del segundo tiempo se comenzó a notar en Newell’s la merma física, sumado a que algunos jugadores se vieron opacados con el estilo de partido (como Sordo).
Con más miedo a perder que ganas de ganar, ambos técnicos reafirmaron esa comodidad con el partido igualado y no arriesgaron de más, llevándose un empate que a ambos los deja bien parados, aunque el público leproso terminó reprochando el resultado y la actitud de no poder siquiera rematar al arco.
El mejor jugador de la ‘Lepra’ este domingo fue Iván Gómez, por su simpleza en el juego y su despliegue en la cancha, seguido por Lucas Hoyos (dos buenas intervenciones y un grosero error que Central no aprovechó).